Hace poco en una de las reuniones de un directorio del que formó parte (el voluntariado siempre ha sido y es parte de mi vida), otro miembro me escribió para decirme que agradece que haya pedido que la sesión haya terminado en la hora acordada. Y yo, aprovechando su mensaje, le preguntaba cómo hacía para balancear su vida personal de su emprendimiento.
Su respuesta fue sencilla “no existe tal balance” y su comentario siguiente fue “pero te admiro tanto porque tener hijos y hacer todo lo que haces no es sencillo, es otro nivel definitivamente”. Y pensaba, que difícil es cuando alguien más admira más a uno que uno mismo. El y yo no somos cercanos pero su comentario me ha hecho pensar mucho en esto del merecimiento personal.

Yo me preparo cada día para que mi hogar marche bien, estoy atenta a las necesidades de mis hijos y de mi esposo, y trato de que las cosas no falten en la casa, aparte de mantener la agenda social de todos (especialmente de los hijos) para actividades y fiestas de cumpleanos tambien como play dates. También trabajo 40 horas semanales, con un viaje de ida y vuelta de un total de una hora diaria.
Estoy en constante aprendizaje en mi carrera profesional y también trato de ser buena amiga, vecina, y también hija, esposa y madre.
Y si, me merezco todo lo que tengo y todos los sueños que planeo construir.
Lo escribo como para compartir pero también por esa necesidad de que yo lo pueda entender. “Es gracias a los demás”, y si, en medida si lo es, y estoy agradecida con ellos, pero también ha sido mucho esfuerzo, dedicación y entrega para el cambio constante en mi vida.
Merecerse lo que uno va construyendo no solo llena el alma, sino también sana. Sana a esa niña con muchos sueños que supo tomar decisiones acertadas. Y también muchas decisiones malas que se han vuelto lecciones importantes.
Te invito a ti, que lees esto, a darte un abrazo fuerte y decirte a ti misma/o cuánto te mereces todo lo que tienes. Y esto puede ser cosas tangibles y no tangibles.
Este año quiero poner la intención del merecimiento y de aprender a aceptar los elogios, cumplidos y las palabras bonitas de los demás. Sin desmerecer, sin decir “oh no fue nada”, “ah estaba de promoción”.
Voy a terminar esto compartiendo una frase que me gustó mucho: “ Cada día me ofrece una nueva oportunidad. El ayer ya ha concluido. Hoy es el primer día de mi futuro.”
Hasta la próxima,
K

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