Ser mamá migrante y perderse en el intento. Regresar a mi país a aprender 

II Aprendiendo a vivir

Luego de dos semanas estresantes al llegar a Ecuador y tratar de buscar una nueva rutina, empecé a encontrar calma. Trate de ser más asertiva en mis decisiones y no pensar tanto en lo que la gente va a pensar. Empecé a vivir y sentirme orgullosa de ser mamá luego que al principio sentía como esta negación por la complejidad de serlo en Ecuador. Como alguna vez me dijo mi psicóloga: “mirar la vida desde la abundancia”. 

En mi hogar en Canadá, Pablo y yo al vivir juntos hay cosas que asumimos del otro y sabemos cómo funcionan las rutinas. Al llegar a Ecuador esperaba lo mismo, porque ellos eran mi familia. Pero me olvidaba que no vivieron conmigo estos últimos seis años. Ellos en realidad no sabían lo que significaba tener dos niños en la casa. Ellos no me habían conocido como Karla mamá.  

Hice algo muy importante: comunicar lo que sentía. 

Aceptar que necesitaba mucha ayuda y que estaba un poco frustrada con este cambio de rutina y necesitaba de todos para que este viaje funcione. 

Mi mamá empezó a tomar días libres. Mi hermano llegaba temprano de su trabajo para ayudarme con los hijos y él fue el encargado de la rutina de noche de Olivia. Mi prima me ayudaba con mi bebé para que yo pueda hacer algunas cosas sola. 

Inscribí a Olivia en un preschool. Compre juguetes. Compre snacks y muchas frutas. Compre almohadas más cómodas (extrabana mis almohadas). Empecé a aceptar y mirar a mi país y mi casa desde la abundancia de tenerlos cerca y no desde la carencia. Empezamos la rutina de los niños en Ecuador. Olivia, Samuel y yo estábamos tan felices. Habíamos encontrado nuestro ritmo en Ecuador y a pesar de haberse enfermado, estábamos disfrutando muchísimo el viaje. 

En este punto también ya había visto a mis amigos y familia. Es un poco raro explicar esta parte porque es como volver a conocerlos porque ya no somos los mismos de antes. Yo ya no soy solo yo. 

A pesar que creo mucho que la maternidad no te debe consumir, si te cambia, y te cambia mucho. No se cuando ni como pero a mi tambien me paso esto.Y estaba bien, y es parte de la vida. Y es un proceso que he aprendido a querer tanto. A amarme tal y como soy. A querer ser la mejor versión de mí para mí y para mis hijos, y para mi esposo. Para mi familia y para todos los que me rodean. 

Quiero dejar ir a este autosabotaje y mirarme con tanto orgullo como lo hacen otros. Aprender que la vida y los cambios son buenos. 

Hasta nuestro próximo viaje, Ecuador.

(suspiro)


Comentarios

Deja un comentario