Empezar desde cero en cualquier ámbito de la vida puede ser bastante complicado. De hecho creo que muchas veces he estado en situaciones por momentos más largos de los que en realidad quería estar. Pero, a medida que voy aprendiendo a conocerme mejor, voy tomando decisiones finales y he aprendido cuando es tiempo de empezar de nuevo.
Durante los últimos 15 meses he estado trabajando desde casa, y aunque al principio me convencí que era lo mejor que podía haber pasado, empecé a tener diferentes estados emocionales y un punto de colapso. Por un lado estaba agradecida que no perdí mi trabajo durante la pandemia y podía hacerlo desde casa, pero por otro, el aislamiento de trabajar desde casa sin la interacción de mis colegas y la soledad de no salir de casa poco a poco tomó fuerza.
Siempre trato de comunicar mis emociones con Pablo porque es una manera sana para que no haya resentimientos. Pero no sabía cómo decirle que tenía mucho resentimiento por ser la que se quedaba en la casa y no salía, ni veía a nadie. Además que empezaba a verle lo malo a todo, empezando desde los muebles hasta la comida y todo lo de por medio.
Sin duda, fueron meses de mucho aprendizaje interno y al mismo tiempo de tomar una decisión: si es que trabajar desde casa era algo que podía hacer a largo plazo. No pienso que trabajar desde casa sea malo y no lo pueda hacer de manera híbrida, pero hacerlo de manera completa en mi caso no estaba funcionando. Había perdido ese balance de trabajo-vida que siempre he sentido muy necesario.
A principios del verano decidí empezar a buscar un trabajo que fuese tiempo completo, en la oficina o pudiese ser una combinación entre trabajo desde casa y oficina. Trataba de ser más asertiva con esta decisión y un poco más específica que trabajos anteriores. En una carrera profesional y cuando ya se tiene experiencia y una idea de lo que queremos, el proceso se vuelve más largo pero más efectivo.

Y es así que en junio renuncié a mi trabajo de manera formal para empezar este nuevo reto. Mi empresa entendió completamente mis razones y estuvieron muy emocionados por mí, porque estaba avanzando en mi carrera profesional y sabían que podría ser un hasta luego, y no un adiós.
Actualmente trabajo desde la oficina a tiempo completo a 20 minutos de casa. Me he sentido mejor como persona y como profesional. Volví a mi rutina de planificar y siento que Pablo nota la diferencia. Ya no me escucha queriendo pintar la casa, cambiar las camas, limpiar todo el día, o resentida por ser la que siempre está en casa.
Claro, que como todo, tiene el sacrificio de que ahora tengo que conducir al trabajo y Olivia pasa un poco más de tiempo en la guardería de lo que me gustaría, pero al estar bien conmigo misma, puedo estar bien con mis relaciones. Todo está bien por ahora, esperemos a ver como nos va en esta nueva aventura.
Y recuerda, empezar desde cero es necesario, aunque sea complicado ❤

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